El Gobierno de Estados Unidos hizo oficial la aplicación de aranceles de hasta 72% en las importaciones de biodiésel desde la Argentina, con lo que ese producto quedará prácticamente marginado de ese mercado. Ahora, la intención será recurar ventas en otros destinos, principalmente Europa.
En noviembre pasado, el Departamento de Comercio de Estados Unidos ratificó el arancel y la Argentina advirtió que denunciaría esta medida ante la Organización Mundial del Comercio (OMC) para no perder un negocio de 1.200 millones de dólares por año. El Gobierno buscó destrabar la situación con gestiones directas, pero al parecer no surtieron efecto.
Con la confirmación en el Boletín Oficial de la gestión de Donald Trump, los aranceles para el combustible argentino en base a aceite de soja se ubicarán en un rango de entre 71,45 por ciento y un 72,28 por ciento.
«El Departamento de Comercio determinó que la Argentina está otorgando subsidios injustos a sus productores de biodiésel», aseguró en su momento la oficina oficial del Gobierno de los Estados Unidos, a cargo de Wilbur Ross.
Agencias internacionales recordaron que en agosto el Departamento había fijado aranceles preliminares para compensar los subsidios de un 50,29 por ciento a un 64,17 por ciento para el biodiésel de Argentina.
«Apreciamos que se esté trabajando sobre estos subsidios injustos, así podemos resolver este obstáculo particular para el crecimiento sostenido de la industria doméstica», afirmó el jefe de operaciones de la NBB, Doug Whitehead, en un comunicado.
El 90 por ciento de las exportaciones de biodiésel argentino tenía como destino el mercado estadounidense en operaciones por 1.200 millones de dólares anuales.
Argentina rechaza otra acusación de las empresas estadounidenses de que su biodiésel se vende a precios demasiado bajos y que eso motiva las tasas antidumping.
Dirigentes de Carbio, la Cámara que agrupa a productores de biocombustibles, afirmaron que la Argentina exportaría al menos 500.000 toneladas de biodiésel a la Unión Europea en el 2018, luego de que el bloque de la UE redujo un elevado arancel que aplicaba al biocombustible de nuestro país tras perder un caso en la OMC.
El encargado de Negocios de la embajada de Estados Unidos en el país, Tom Cooney, remarcó que a pesar del conflicto que se generó por la suba de aranceles en las importaciones de biodiésel desde la Argentina, ambas naciones siguen como «socios fuertes» e instó a «seguir promoviendo el comercio bilateral».
«Como puede suceder entre amigos cercanos, los socios fuertes como Estados Unidos y Argentina a veces tienen diferentes puntos de vista sobre un tema. Reconocemos y respetamos los puntos de vista de Argentina sobre éste tema. Deseamos seguir promoviendo el comercio bilateral, como acordaron el presidente Donald Trump y su colega Mauricio Macri en abril», señaló el diplomático.
Cooney admitió que el anuncio que hizo Estados Unidos «no es lo que se esperaba pero es importante reconocer con claridad la razón por la cual el sector privado de Estados Unidos presentó una demanda».
«El hecho es que las exportaciones de biodiésel a los Estados Unidos aumentaron casi 900 por ckento en sólo dos años (2014-16).
Además, explicó que «históricamente y según las leyes (de Estados Unidos) una demanda automáticamente deriva en un proceso independiente y cuasi judicial de investigación durante algunos meses».
«Los esfuerzos por negociar un acuerdo de suspensión entre las partes del sector privado no prosperaron hasta hoy. Sin embargo, sigo teniendo plena confianza en la solidez de nuestra excelente relación bilateral. La cuestión del biodiésel no ha cambiado la visión de Estados Unidos ni de Argentina en cuanto a que somos socios fuertes», afirmó Cooney.
El diplomático aclaró que ambos países llegaron «primero a un acuerdo con los limones, luego la carne de cerdo, y actualmente se tiene un diálogo productivo destinado a aumentar el comercio bilateral de carne vacuna».
«Junto al presidente Macri vamos a seguir transmitiendo a los inversores estadounidenses la transformación positiva de Argentina. Sólo desde julio se anunciaron 1.500 millones en nuevas inversiones por parte de las principales empresas estadounidenses como General Motors, Exxon, Pfizer y Chevron, entre otras», precisó Cooney.
Por último, el diplomático aseguró que «estas nuevas inversiones se suman a las inversiones estadounidenses en la Argentina ya existentes, que rondan los casi 14 mil millones de dólares, ya que somos la principal fuente de inversión extranjera directa en el país».
Fuente: Ambito