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Chaco: Cae un empresario mencionado en el caso Candela al que le secuestraron un hijo

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Es Gustavo Sancho (56). Lo detuvieron junto a sus dos hijos y su esposa.

 

Una avioneta con restos de cocaína abandonada en la zona rural de Corzuela, Chaco, en 2010. Otra avioneta, cargada con droga, decomisada en Paraguay y en cuyo GPS estaba registrado como punto de destino un campo bonaerense de General Belgrano, cercano a Dolores. Una tercera avioneta vacía y casi sumergida en la laguna de un campo, también en General Belgrano, en diciembre de 2016. El extraño secuestro de un piloto de automovilismo en diciembre de 2009. El aún misterioso crimen de Candela Sol Rodríguez (11), ocurrido en agosto de 2011.

 

Todos estos episodios tienen un punto en común: el empresario bonaerense Gustavo Sancho. El hombre, de 56 años, dedicado a la construcción, a la venta de autos y dueño de boliches nocturnos, fue detenido el martes junto a dos de sus hijos (Alan, de 29 años; y Franco, de 20), su esposa y ocho personas más por orden de la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado.

 

Señalado históricamente como uno de los capos del narcotráfico en la provincia de Buenos Aires (a la par de Miguel Angel “Mameluco” Villalba), Sancho logró siempre mantener el perfil bajo y esquivar las grandes investigaciones gracias a una máxima efectiva: tratar de estar lo más lejos posible de cualquier decomiso de drogas.

 

Tal vez por eso el martes la jueza Arroyo Salgado fue contra Sancho, su familia y su entorno en el marco de una causa abierta en 2014, cuya acusación más fuerte sería el lavado de dinero de origen ilícito en el marco de una asociación ilícita y no tanto así el narcotráfico en sí mismo. Su nexo con el comercio de cocaína sería usado por la jueza como el “delito precedente” del que provenía el dinero que lavaba la organización.

 

En cuanto al narcotráfico en sí mismo, en el juzgado federal de San Isidro lograron reunir una recopilación de causas que estaban siendo investigadas por separado. Incluso la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), hizo de nexo para conseguir los expedientes radicados en Paraguay. En todas estas causas aparece Sancho relacionado, pero nunca condenado.

 

Lo más lejos que se llegó fue en la Justicia Federal de Roque Sáenz Peña (Chaco), donde se lo detuvo por su relación con una avioneta con restos de droga encontrada en 2010. Como no hubo decomiso, Sancho quedó acusado sólo de “confabulación para el tráfico de sustancias estupefacientes”, una figura menor que apunta a los “actos preparatorios del delito”. Pero finalmente fue sobreseído.

 

Teniendo en cuenta este expediente, dos de los 42 allanamientos ordenados por Arroyo Salgado fueron en Roque Sáenz Peña: el primero en la casa y el segundo en las oficinas del defensor oficial N° 2 Matías Jachesky, quien había asistido a Gustavo Sancho en la causa de la avioneta de 2010.

 

Siguiendo la ruta del dinero, otra parte de los operativos se hicieron en la City porteña, en varias “cuevas” y también en Mar del Plata, donde Sancho habría vivido y luego invertido parte de su dinero.

 

Personaje misterioso, Gustavo Sancho llegó a las páginas policiales en dos oportunidades, y siempre con revuelo y rodeado de rumores sobre su relación con el narcotráfico.

 

En diciembre de 2009, una banda secuestró a Alan, el hijo mayor de Gustavo, piloto de autos. El joven fue capturado en su casa de la calle José C. Paz al 4400, de San Martín, cuando salió a la puerta para recibir a su novia. Entonces lo cruzaron dos autos con hombres armados y se lo llevaron. Aunque su padre recibió un pedido de rescate de 200 mil euros, Alan fue liberado 30 horas después en Ituzaingó y sin que su familia pagara ni un peso.

 

El extraño secuestro se perdió en el olvido hasta agosto de 2011, cuando desapareció en Hurlingham Candela Sol Rodríguez (11). Fue el padre de la nena -Alfredo “Juancho” Rodríguez, detenido por entonces por “pirata del asfalto”- quien mencionó a Sancho al declarar en la causa.

 

El nombre de Sancho fue uno de los cinco que Rodríguez aportó cuando aún se buscaba a la nena con vida. “Si lo que le pasó a mi hija fue una maldad contra mí, no tengo ninguna duda de que fue alguno de ellos”, sostuvo “Juancho”, enmarcando lo ocurrido en complicado relato de vendetas y delaciones narco.

 

Ahora, seis años después de esa declaración del padre de Candela, Sancho vuelve a ser noticia relacionado con las drogas. Según pudo saber Clarín, la jueza Arroyo Salgado le da especial valor a una serie de escuchas que complican al empresario, entre ellas una en la que éste aparece interiorizándose de la suerte de un piloto detenido en una avioneta con droga en Paraguay.

 

 

Fuente: Clarín

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