El gobierno de Aramburu inicia una política de persecución y proscripción del Partido Peronista que da a conocer como «Proceso de desperonización de la sociedad».
Llegado el mes de noviembre de 1955, el sector más liberal y antiperonista del ejército desplaza a Eduardo Lonardi de la presidencia, y designa en su lugar al general Pedro Eugenio Aramburu.
Inmediatamente, el nuevo gobierno inicia una política de persecución y proscripción del Partido Peronista que da a conocer como «Proceso de desperonización de la sociedad», en obvia alusión al proceso de «desnazificación» llevado a cabo por los países aliados en Alemania, tras la caída de Adolfo Hitler.
Esta política de «desperonización» incluye:
-La disolución del Partido Peronista.
-La inhibición de todos sus miembros para ocupar cargos en la administración pública.
-Y la prohibición de exhibir sus símbolos partidarios y de mencionar públicamente los nombres de Perón y Evita.
Por efecto de estas medidas, en las calles argentinas está prohibido nombrar a Perón, y en los principales medios de comunicación se hace referencia a su figura como «el tirano depuesto».